En 2019 se publica el próximo informe PISA y, a la espera de conocer sus datos, es importante saber qué es lo que hay que mirar, cómo entender los datos y qué exigir a nuestros legisladores. En el próximo informe no te creas cualquier noticia elaborada para crear polémica.
(Este análisis se realiza en base a los Informes PISA españoles de 2012 y 2015. Si perteneces a otro país tal vez te interese averiguar los detalles en los que es importante fijarse cuando salgan los resultados).
El Informe PISA se realiza cada tres años y evalúa a al alumnado de quince años de los países de la OCDE. En España se practica a alumnos de todas las Comunidades Autónomas. Evalúa los resultados en lectura, matemáticas y ciencia. Cuando se publican los resultados surgen toda clase de titulares sensacionalistas y declaraciones de políticos en todos los países. Esto ha llevado a que muchos profesores (y padres también) le tengan una cierta manía, pues siempre parece que PISA llega para tirarnos de las orejas sin que después nada cambie.
Desde nuestro punto de vista, el Informe PISA está bastante bien diseñado y proporciona una información que antes no era posible conocer. Es una herramienta de diagnóstico, tanto de los países como de las autonomías en el caso de España. Si no sabemos lo que hacemos distinto, ya sea mejor o peor, con respecto al resto del mundo, ¿cómo vamos a saber qué políticas educativas perpetuar y cuales descartar?
Tras analizar analizar los Informes PISA de 2015, centrado en Ciencias, y 2012, centrado en Matemáticas creemos que es importante destacar los siguientes resultados:
En España repite el 31% del alumnado, frente al 12% de la OCDE. El alumnado repetidor obtiene en Ciencias 425, por encima de la media de la OCDE en esta clase de alumnos (417). En Matemáticas y Lengua, los resultados siguen la misma línea. PISA considera que este alumnado ha adquirido las competencias básicas y que sería preciso revisar el sistema de repetición español. Esta advertencia se incluye en los informes de 2012 y 2015.
En España se aplican unos criterios para que el alumnado repita curso muchísimo más exigentes que en cualquier otro país de la OCDE. Esto supone un gasto enorme para el sistema educativo que podría ser invertido en otras estrategias de apoyo.
Además, la repetición genera desmotivación en el alumnado, al ser apartado de sus compañeros y ser introducido en clases con alumnos más jóvenes. Un alumno que repite 1º y 2º de ESO se descuelga por completo del avance de sus compañeros y resulta casi imposible que obtenga el título de la ESO, por lo que habrá estado en el sistema educativo hasta los 16 años sin sacar gran cosa en limpio. Existen algunas vías para que este alumnado acabe sacando el Graduado Escolar, pero no son soluciones que se apliquen a todo este alumnado.
Cabe plantearse si con similares fondos no podrían diseñarse estrategias de apoyo y caminos alternativos que dañen menos la autoestima de los jóvenes y favorezcan que tengan un mayor éxito en los estudios.
Se ha observado una relación relativamente fuerte entre los resultados medios de los países y el ISEC (Índice Social, Económico y Cultural), un índice elaborado teniendo en cuenta el poder adquisitivo y el nivel cultural y de formación de las familias. Entre los componentes del ISEC el número de libros en casa, la posesión de ordenador y la conexión a internet en casa son los elementos que se relacionan más positivamente con el rendimiento de los estudiantes.
España, junto con Portugal o Polonia obtienen resultados mejores a lo que les correspondería según su ISEC. Suecia, Noruega o Islandia obtienen peores resultados de lo que les corresponde. Finlandia, Estonia Japón o Singapur muchísimo mejores.
Además, España es uno de los países más equitativos de la OCDE, es decir, que mejor compensa las diferencias por razón de origen. El impacto del ISEC en los resultados de los estudiantes es menor que en el resto de la OCDE.
España empata en CIENCIAS y LECTURA con países como Francia, Suecia, Estados Unidos o Rusia. Coincide con la media de la OCDE y de la Unión Europea. En MATEMÁTICAS obtiene una puntuación de 4 puntos menos que el promedio de la OCDE y 7 puntos por debajo del total de la UE.
En Ciencias, los resultados han empeorado 5 puntos desde 2006 y en Matemáticas y Lectura permanecen constantes.
Sin embargo, España tiene menor índice ISEC (Índice Social, Económico y Cultural) que la media de la OCDE, que viene a ser la combinación del poder adquisitivo y el nivel de formación de las familias, por lo que tras aplicar ciertas correcciones subiría a 507 puntos, al nivel de Alemania, Reino Unido, Francia o Canadá.
Estos resultados corresponden con un Nivel 3 en PISA (de 6 niveles existentes). Es un resultado mediocre y similar a muchos países de nuestro entorno. No se han producido grandes variaciones desde el año 2000. Vienen a decirnos que tenemos un buen sistema educativo, en líneas generales, pero que no se está haciendo nada realmente bien, como ocurre en países como Singapur, Japón, Estonia o Finlandia.
En España el porcentaje de estudiantes con Nivel 1 o inferior en competencia científica es del 18%, frente al 21,5% de la UE y el 21% de la OCDE. En matemáticas el porcentaje es del 22% frente al 23% de la OCDE y el 22% de la UE.
Desafortunadamente, el porcentaje de alumnado en los Niveles 5 o 6 en ciencias es un 5%, frente al casi 8% de la UE y en matemáticas un 7% frente al 11% de UE y OCDE.
Nuestro sistema es bastante igualitario, crea una gran masa de alumnado con conocimiento adecuado. Hay «pocos» alumnos con muy bajo conocimiento y también pocos con rendimiento alto.
Nótese que los famosos ninis españoles no están tan relacionados con sus resultados escolares, en la línea de la Unión Europea, como con la falta de alternativas de formación y laborales que proporciona el sistema.
Los chicos sacan mejores resultados que las chicas en Ciencias y Matemáticas en España y en la mayoría de países de la OCDE. Se da lo contrario (chicas mejores que chicos) en países como Finlandia, en Ciencias, e igualdad en Singapur en Matemáticas. En Lectura obtienen mejores resultados las chicas.
Entre jóvenes con resultados similares, más de el doble de chicos que de chicas espera poder trabajar en un empleo relacionado con la Ciencia. Los resultados españoles son más acusados que la media de la OCDE.
Las diferencias tan marcadas entre algunos países confirman los estudios que demuestran que no hay diferencias de capacidad por razón de género. Las diferencias, entonces, cabe estudiarlas en el plano sociológico, en los valores de la sociedad y su influencia en las jóvenes.
El alumnado que inició su escolarización en Educación Infantil obtuvo 57 puntos por encima en Matemáticas en el informe PISA de 2012 que el que lo hizo en Educación Primaria. Esta ventaja permanece elevada incluso después de descontar las diferencias socioeconómicas.
Tal y como afirman numeroso estudios, la Educación Infantil favorece el desarrollo de competencias matemáticas que influyen en el desempeño incluso diez años después.
Los estudiantes españoles recurren con mucha frecuencia a la memorización como estrategia de estudio. Aunque necesaria, la memorización como única estrategia de estudio disminuye los resultados.
Entre el resto de estrategias de estudio en matemáticas, se obtiene que el alumnado no reflexiona sobre lo aprendido y lo que le queda por aprender. Sin embargo sí relaciona las experiencias de la vida real con nuevos conocimientos.
Las estrategias empleadas por los jóvenes para la resolución de problemas se basan en la formación recibida. Profesores y familias deben tener en cuenta estos resultados y fomentar la reflexión en sus estudiantes, corresponsabilizándolos de la evolución de su aprendizaje y dejar de lado el exceso de memorización.
La confianza en la propia competencia para alcanzar objetivos que requieran habilidades científicas, también llamada autoeficiencia, es una de las más bajas y muy lejos de la media de la OCDE. Esta confianza está relacionada con el rendimiento y con la orientación profesional futura.
La media española es de -0,13 en un índice en la que 0 es el neutro. Los chicos obtienen -0,01 y las chicas -0,28.
Las comunidades de ISEC alto, como la Comunidad de Madrid o La Rioja, obtienen mejores resultados que las de ISEC (Índice Social, Económico y Cultural) bajo, como Andalucía, Extremadura o Canarias. Sin embargo, esta correlación no explica toda la variación de resultados existente, por ejemplo, entre La Rioja y Extremadura.
Existen dos excepciones positivas: Castilla-León y Galica obtienen los mejores resultados académicos en promedio y con menor dispersión en los resultados de sus estudiantes, no obstante, el nivel socioeconómico no es elevado. En el extremo opuesto está el País Vasco, que con el segundo nivel socioeconómico de España, muestra unos resultados pobres.
A la hora de realizar comparaciones entre Comunidades es importante la aplicación del factor corrector debido a las diferencias socioeconómicas, al igual que se hace en España en relación a Alemania.
Sin embargo, las diferencias socioeconómicas no explican toda la variación de resultados. En una próxima entrada trataremos este tema con mayor extensión. Existen además, otros elementos a tener en cuenta. Destaca Canarias que asciende en todas las areas evaluadas mientras que el resto del país permenece estancado pese a que sus resultados siguen siendo pobres.
Los alumnos de centros privados sacan mejores resultados, pero las diferencias se explican por completo por las diferencias del ISEC (Índice Social, Económico y Cultural), es decir las diferencias de nivel socioeconómico de las familias. La familias que envían a sus hijos a centros privados tienen un nivel socioeconómico mayor en promedio, que las que los envían a centros públicos.
El profesorado sigue ejerciendo un importante papel a la hora de generar vocaciones y de fomentar la confianza en las propias capacidades del alumnado, lo que condiciona sus elecciones futuras.
A pesar de tener más cuentas bancarias de la media de la Unión Europea, los conocimientos en materia financiera del alumnado español se encuentran muy por debajo de la media de la OCDE.
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