Los niños buscan seguridad en un entorno en el que todo es nuevo y les gusta aquello que conocen y dominan. Los cuidadores habituales tienen, entre otras muchas, una importante función: son lianas que les acercan pequeñas porciones de mundo, condicionando sus intereses presentes y futuros. Esto no quiere decir que en un bebé no surjan espontáneamente motivaciones propias: el agua, las ruedas, las pelotas, las luces, correr o pintar, son elementos que llaman la atención de los niños, en unos más que en otros, sin la necesaria intervención de los adultos. Sin embargo, existen otras motivaciones menos experimentales como el fútbol, los libros, la moda o los números; son parcelas de la realidad que solo serán accesibles a las niñas de la mano de sus familias.
Los números se encuentran a su alrededor, sus padres los mencionan, pero pueden sentirlos muy ajenos a ellos si no se hace un esfuerzo consciente por ponerlos a su altura. Por este motivo y porque nos gusta aquello que conocemos, debemos acercar los números a los bebés a partir del año o año y medio de vida, para que los sientan como amigos cercanos aunque aún no tengan muy claro para qué sirven. Veamos entonces qué actividades se pueden realizar o fomentar en niños desde muy temprana edad:
Los números en las canciones pueden estar presentes de modos muy distintos y todos son positivos, no es necesario que sea una simple enumeración con música de fondo. Memorizar canciones en las que aparecen números fomenta que aprendan esas palabras, si aparecen secuencias de números tipo 1,2,3, también facilitan que la niña vaya aprendiendo la secuencia numérica, clave para aprender a contar.
En fechas próximas publicaremos una entrada con un listado de canciones seleccionadas para trabajar este punto.
Puede parecer una insignificancia, pero los imanes de nevera dispuestos a la altura de los niños generan un juego en sí mismos: pegar, despegar, mover y aprender a nombrarlos. En seguida empezarán a escoger números y a preguntar su nombre. Es el camino más sencillo de convertir los números en amigos cercanos.
Nadie duda de la importancia de los cuentos en la infancia y en muchos de ellos aparecen números. Publicaremos un listado de cuentos para trabajar los números en próximas fechas pero en general todos aquellos cuentos que tengan números, que los asocien al número de objetos correspondientes y que fomenten el juego con caminos para recorrer con el dedo, solapas, etc.
Aprendemos a contar utilizando nuestros dedos. Esto no es nuevo, el hombre primitivo también comenzó estableciendo correspondencias entre sus dedos y los animales del rebaño cuyo número debía conservar: si tenía menos ovejas que dedos era preciso ir a buscar la que se había perdido. En una entrada anterior comentamos la importancia de permitir a los niños mayores seguir usando los dedos para sumar. Esto es porque contar y sumar con los dedos es el comienzo. Nuestros dedos es el primer conjunto de referencia con el que comparamos los demás conjuntos de objetos.
A muy temprana edad se enseña a los niños a decir que tienen un año, con el dedo índice, o dos, con el índice y el corazón. Es una buena idea, pero no debe quedar ahí. Es importante que hablemos a los niños de números usando nuestras manos y las suyas. Así, podemos decirle «tráeme dos pinzas», al colgar la ropa, mostrando el dos con los dedos. Poco a poco irán asociando la palabra «dos», que no tiene significado aún, con los dos dedos, una cantidad. Es un primer paso, pronto podrás decirle «enséñame una mano», «ahora enséñame dos manos».
Se entrega al niño, preferiblemente en una bandeja o recipiente para que entienda que contiene una actividad y haya menos interferencias, un cuenco con piedritas (abalorios, garbanzos, etc) y un montón de vasitos (los tapones de las botellas grandes de leche son una buena opción). Es importante no dejar a la niña sin vigilancia mientras se realiza esta actividad.
En una primera instancia se le deja jugar libremente haciendo trasvases entre unos y otros. En segundo término se le muestra como poner una única piedra en cada vaso y cómo no sobra ninguna piedra cuando se han terminado todos los vasos. Tras mostrárselo se vuelve todo a la posición inicial y la niña verá si decide probar o si será en otra ocasión.
Con esta actividad se pretende un primer paso en la comparación de conjuntos, en que el niño llegue a establecer lo que se llama correspondencia término a término, es decir, que averigüe que los dos conjuntos tienen el mismo número de elementos aunque aún no sepa asignar un número a esa idea.
Los juegos propuestos buscan sentar las dos bases fundamentales para el proceso de contar: la memorización de la canción de los números (uno, dos, tres, …) y la comparación de los elementos de dos conjuntos.
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